¿Qué es y cómo tener salud financiera?

Todo lo que tenés que saber sobre el bienestar de las finanzas personales o empresariales.

Tiempo estimado de lectura: minutos.

Lograr un equilibrio entre los gastos y los ingresos de dinero a nivel personal, familiar o corporativo no es una tarea sencilla. Sin embargo, es más que conveniente reconocer cómo hacerlo para evitar todos los inconvenientes que acarrean las deudas que surgen como consecuencia de la falta de estabilidad económica.

Si bien existen muchas razones ajenas a las empresas o a una persona por las cuales se puede incurrir en ese desequilibrio financiero, también existen muchas formas de evitarlo adquiriendo ciertos hábitos o rutinas.

En el artículo de hoy hablaremos sobre un concepto que conviene conocer y aplicar apenas comenzás a hacer uso de un capital.

¿De qué hablamos cuando nos referimos a salud financiera?

La salud financiera es, en concreto, lo que define el equilibrio de tus finanzas. Tanto sea por el uso particular de tu dinero o del capital de una empresa, este manejo es saludable en tanto los ingresos cubren los gastos que realizás.

En cambio, cuando los ingresos no alcanzan, la situación se convierte en insalubre porque hay que recurrir a otros métodos para mantener el equilibrio y que las deudas que se generan no impacten en la forma de vida de una persona o de una familia, como tampoco en el funcionamiento de una empresa.

Esos otros métodos, empero, no hacen referencia a ninguna maniobra ilegal sino a operaciones que son normales para cualquiera, pero que cuando remiten a cierto nivel de desorganización empiezan a generar conflictos, por ejemplo:

  • Compras financiadas, esto puede resultar beneficioso para no utilizar dinero en efectivo o un capital total que no se tiene o que requiere diversos usos. Es preciso equilibrar el gasto mensual financiado y la percepción de las deudas para no tomar más compromisos en cuotas que luego no se puedan cancelar.
  • Refinanciaciones de deudas, en relación a lo anteriormente dicho es posible que se puedan renegociar las deudas pero para ello hay que considerar los intereses por mora y no contraer más deudas de cualquier otra índole.
  • Solicitud de préstamos para pymes, cuando se requiere de un monto determinado para invertir y sacar mayor rentabilidad. Es preciso contar con varios presupuestos y hacer ese movimiento en el momento adecuado para la compañía.

Es simple, la salud financiera es el bienestar de las finanzas. Sabemos que es fácil decirlo, pero no tan simple de llevar adelante. ¡Seguí leyendo!

Te invitamos a leer: ¿Cuáles son las diferencias entre una tarjeta de crédito y una de débito?

Pegá el salto a Supervielle

Pedí tu cuenta 100% bonificada y convertite en #Supervieller

¿Cómo se logra la salud financiera?

La salud financiera se logra con planificación, organización y compromiso. Mirá:

Planificación

Un buen plan financiero tiene que ser sólido, incluso, ante posibles imprevistos como robos o pérdidas de dinero, aumentos de precios, intereses a afrontar, etc. Por sobre estos aspectos, la capacidad de planificar sirve para entender y llevar a la práctica un concepto muy valioso que refiere a la salud financiera y es el de ahorro.

Se suele considerar que una persona o empresa tiene equilibrada sus finanzas cuando tiene capacidad de ahorro. Como verás, no se trata de tener el dinero para pagar los gastos, solamente, sino de disponer además de un dinero extra destinado al ahorro o a inversiones.

En relación a esto, una empresa saludable financieramente tendría que tener una capacidad de ahorro del 20% de sus ingresos. Esto no quita que tenga deudas contraídas financiadas, sino que en su planificación de cancelación de deudas, inclusive, considera un porcentaje del ingreso destinado al ahorro.

¿Es el mismo porcentaje para el caso de las familias? La capacidad de ahorro personal o familiar depende, en este caso, de otros factores que condicionan los gastos comunes de un período y que las empresas no cubren como gasto corporativo, por ejemplo: los viajes de placer, las salidas al teatro o cenar, los arreglos del auto, etc.

Por esa razón, el porcentaje destinado a ahorros puede variar aunque no por ello se justifica que no exista. De hecho, mientras mayor es la capacidad de ahorro, más posibilidades existen de destinar dinero del ingreso para darse “esos gustitos”.

Organización

Esto hace referencia, de alguna manera, a los tres ejemplos que mencionamos antes y que pueden ser muy riesgosos si no se tiene una conducta responsable con la administración de las finanzas.

Cuando la organización del dinero que ingresa está hecha de una manera adecuada para el funcionamiento de la economía de una empresa o de una familia, incluso de una persona, se pueden considerar aquellos métodos como facilitadores para cumplir ciertos objetivos antes de lo que se podría lograr por medio de un ahorro destinado a ello.

Con organización y planificación, el bienestar que refleja una salud financiera es totalmente posible. Razón por la cual, quienes cuentan con esta capacidad no tienen miedo de asumir deudas, solicitar préstamos o créditos, porque en realidad no están asumiendo un riesgo sino que están invirtiendo para obtener mayores ganancias.

Compromiso

Aún con planificación y organización, la salud financiera de una empresa o de una familia puede sostenerse en un hilo cuando los compromisos adquiridos para llegar a un objetivo no son firmes.

¿A qué nos referimos? Por ejemplo, cuando una empresa cambia los objetivos para los cuales destina un capital y se trasladan a otros objetivos cuyos gastos son superiores, o cuando una persona decide gastar esos ahorros de manera imprevista en un juego.

Ambas acciones responden a impulsos que desarticulan la organización financiera e irrumpen en ese estado de equilibrio, arriesgando el resultado. Por supuesto, cada uno hace lo que quiere a nivel personal con su dinero, siempre y cuando pueda enfrentar los gastos. Mientras que a nivel empresarial, el caso es más complicado y debe responder a ciertos parámetros de organización del capital.

En concreto, lograr una salud financiera óptima depende mucho de la claridad que se tiene respecto al uso del capital y el destino que se le atribuye.

Los instrumentos financieros que proveen las entidades bancarias pueden ser grandes comodines que optimicen ese equilibrio, siempre que se utilicen de manera responsable y que cuentes con un banco de confianza que te brinde el acompañamiento y asesoramiento necesarios para seguir con tus finanzas a paso firme.

Dicho todo esto, ¿cómo ves el estado de tus finanzas actualmente?

Esto también te puede interesar