¿Qué es el monotributo y cómo saber si puedo ser monotributistas?
Conocé todo sobre el registro de tu actividad comercial y la emisión de facturas
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Es un régimen simplificado para pequeños contribuyentes, es decir, para aquellos que venden productos o prestan servicios por determinado valor unitario y recién están empezando, pagan un canon fijo al Estado en forma mensual que está condicionado por el tipo de actividad comercial, la superficie en donde se ejerce, el costo de alquiler del local (en caso de que corresponda) y el consumo eléctrico que requiere anualmente, entre otros factores.
Dicho pago está regulado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que es, en concreto, el organismo responsable de que se lleven adelante las políticas tributarias, aduaneras y de recaudación del país.
El Monotributo fue creado en 1998 por medio de la Ley 24.977 que lo presenta como un régimen simplificado debido a que se divide en tres partes que integra este regimen simplificado, por un lado las obligaciones impositivas como IVA y Ganancias, en segundo lugar de los componentes previsionales como Obra Social y por último el Aporte Jubilatorio (SIPA), todo esto se abona mediante un único pago fijo mensual.
De esta forma, al registrarte como monotributista no sólo identificás ante el Estado tu actividad comercial, sino que además cumplís con tu responsabilidad fiscal -lo que otorga seguridad a tus clientes- pero al mismo tiempo te provee de una cobertura social.
No te olvides que si te das de alta en este régimen simplificado nacional también debes darte de alta en el régimen de Ingresos Brutos correspondiente a tu jurisdicción, y que en algunas jurisdicciones existe un régimen simplificado donde también podes abonar un canon fijo mensual de este impuesto junto con el valor mensual del monotributo.
¡Veamos en detalle estas ventajas!
¿Cuáles son las ventajas de ser monotributista?
Es probable que, si ya habías empezado a vender tus productos o servicios, el hecho de pagar un canon te parezca poco beneficioso porque le resta un porcentaje a tus ingresos.
Sin embargo, tenés que saber que esto no representa un gasto sino, más bien, unas cuantas ventajas. Mirá:
- Seguridad y confianza para tus clientes: En los tiempos que corren, en donde muchos emprendedores venden sus productos y servicios por internet, los mismos tienen que atravesar la barrera de la desconfianza de los clientes que no quieren caer en una estafa. Una forma de demostrar que tu negocio es real, es por medio de tus datos fiscales, los que obtendrás una vez que te registres en el sistema simplificado y por el cual podrás empezar a entregar ese comprobante que te piden cuando te compran y contaras con una constancia de inscripción con la cual dar más credibilidad a tu negocio.
- Bancarización: La declaración de tus ingresos ante la AFIP posibilita que tu actividad esté regulada y, por tanto, brinda una constancia ante determinadas entidades que requieren de esa garantía, por ejemplo, los bancos en donde podrás tener una caja de ahorro, solicitar préstamos, tarjetas de débito o crédito.
- Aportes sociales: Este tributo integra dos importantes componentes sociales a los cuales accedes al momento de darte el alta como pequeño contribuyente. Por un lado, podés optar por una obra social que elegirás libremente dentro de un listado que brinda AFIP, y por el otro, parte del canon implica el pago de un aporte jubilatorio para que el día de mañana puedas jubilarte.
- Incentivos: Cuando pagás tu cuota del monotributo en tiempo y forma durante doce meses, contás con un mes de reintegro del componente impositivo como beneficio, siempre y cuando el pago lo hayas hecho con débito automático en tarjeta de crédito o con débito directo en una cuenta bancaria.
- Podés pagar por diversos canales: Podés pagar con tarjeta, efectivo, por medio de Pago Fácil, cajero automático, Online Banking, débito automático en cuenta, etc. La modalidad de pago no tiene que ser obligatoriamente la misma cada mes. Los clientes Supervielle cuentan, además, con otra gran ventaja y es la posibilidad de hacer sus PagosAFIP, pudiendo cancelar las obligaciones en el día y de manera online por medio de la red Interbanking, de forma segura o bien dando de alta el débito automático en su cuenta bancaria desde la web de AFIP con su CBU y de esa forma despreocuparse ya que el cobro se realizará en tiempo y forma todos los meses teniendo el dinero en la cuenta.
- Pagás una cuota fija: Al registrarte como monotributista, tu actividad comercial quedará encuadrada en un tipo de categoría que variará dependiendo principalmente de tus ingresos brutos anuales. Siempre y cuando ese ingreso se mantenga en los límites de tu categoría vas a pagar siempre la misma cuota por mes. Se realizan dos recategorizaciones anuales (en los meses de enero y julio de cada año) donde teniendo en cuenta tus compras, ventas y otros parámetros específicos de los últimos 12 meses, se verifica a que categoría corresponde que quedes encuadrado, de acuerdo a las categorías vigentes publicadas por AFIP en su sitio web. Recordá que podés subir, bajar o mantener la misma categoría sin restricciones. En caso de que superes los parámetros establecidos en tu categoría actual en el monotributo, tendrás que recategorizarte o la AFIP te recategorizará de oficio. Si tus parámetros de compras, ventas, alquiler, m2 o electricidad consumida está por encima de las categorías máximas de monotributo (Categoría “H” en servicios y Categoría “K” en venta de cosas muebles) entonces ya no podrás ejercer como pequeño contribuyente sino como Responsable Inscripto, con otras obligaciones ante el fisco.
- Menos impuestos y trámites: Como monotributista, no tendrás los mismos impuestos que tienen quienes son Responsables Inscriptos, debido a que en tu caso están integrados en el régimen simplificado. Pero además, no tendrás que hacer Declaraciones Juradas que son obligaciones mensuales y anuales que exige la AFIP a quienes no están enmarcados en este régimen.
Como ya lo podés apreciar, los monotributistas cuentan con varias ventajas que otros contribuyentes no tienen. Por eso, es bueno que sepas cuáles son los requisitos y límites para serlo. Acompañanos que te contamos más.
¿Quiénes pueden encuadrarse en el Monotributo?
Según lo establecido en la Ley 24.977, pueden ser monotributistas:
Las personas físicas que al momento de registrarse sean mayores de 18 años y declaren una actividad comercial relacionada con la venta de productos o prestación de servicios.
Aquellos, cuya facturación anual no supere los $82.370.281,28.- aplicable tanto para venta de bienes como para prestación de servicios”.-
Que no realicen más de tres actividades diferentes o tenga tres puntos de venta.
Que declaren no haber realizado ninguna importación de productos para la venta durante el último período de 12 meses.
Quienes integran una cooperativa de trabajo.
Aquellos que, post mortem de un monotributista, y siendo parte de una sucesión indivisa, dan continuidad a la actividad comercial hasta que se dicte la declaratoria de herederos, se cumpla un año del fallecimiento o se dicte la validez del testamento.
Quienes no integren una Sociedad Anónima (SA), una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) o una Sociedad Colectiva, entre otras. Tampoco, quienes tengan a su cargo la dirección, administración o conducción de alguna de las mencionadas sociedades.
Para darte el alta en el régimen simplificado y empezar a facturar como monotributista, vas a necesitar inscribirte en AFIP y contar con la Clave Única de Identificación Tributaria (CUIT) y tu Clave Fiscal de AFIP. El trámite es gratuito y podés iniciarlo de manera presencial, como también online por la web del organismo o la app MIAFIP.
Una vez que obtengas el alta, debés solicitar el alta de un punto de venta, que en concreto es el que indica a quiénes les estás vendiendo. Con estos trámites aprobados y el pago de tus obligaciones en fecha, podrás empezar a facturar.